Achtung baby!

“El camina entre nosotros, pero no es uno de nosotros”

En clase de alemán estábamos viendo los verbos que implican poder hacer tal cosa, tener permiso u obligación de tal otra. Entonces escuchamos un diálogo donde un tipo le decía a otro que no podía sacar fotos en determinado lugar, seguido a esto la profesora nos pidió que diéramos otros ejemplos:

Profesora: …a ver, en que otros lugares tampoco se permite sacar fotos?
Alumno 1: en un museo!
Alumno 2: en un hospital!
Alumno 3: en el cine!
Citizen X: en los cementerios!

cric- cric… cric- cric…

Profesora: eehhh... en los cementerios?
Citizen X: mmm... bueno, si… hay muchos que sacan fotos en el de Recoleta o el de Chacarita, pero la verdad es que no esta permitido.

Profesora: ah, no sabia, hay gente que hace eso?
Alumno 3: ay! pero a quien se le ocurriría sacar fotos en un cementerio?!!

Alumno 4: sii... es re grotesco!

Iba a responderles que no tienen idea de lo que es ser grotesco, yo conozco a muchas personas que iban a sacarse fotos a los cementerios, algunos por cliché y otros para apreciar las arquitecturas, y no eran asaltantes de tumbas ni ayudantes del Dr. Frankestein, conozco también personas que iban al cementerio de pic-nic, a escribir o pensar en vacas que vuelan, soy muy amigo de algunos de ellos, y hasta yo mismo he ido a sacar fotos a varios cementerios (y me han corrido los de seguridad ¬ ¬)… a raíz de esto empecé a recordar a toda la gente “rara” que conocí (y aun conozco)… algún día voy a contar anécdotas de estos personajes tan particulares.

Pero decidí invocar al silencio, por que me di cuenta que estaba realmente “rodeado”, lo que significaba que acababa de tirar por la borda la imagen de “oficinista inmaculado” que tenían de mi, ese ser tranquilo de sonrisa fácil con quien charlaban, estudiaban o intercambiaban chistes durante la clase.

Caso contrario sucede en mi trabajo, que después de varios años de trabajar en la misma empresa, mis compañeros ya no se sorprenderían si un día llego con un gallo muerto en la cabeza. Por cual no me queda otra que pensar que tarde o temprano siempre termino mostrando la hilacha :(

Y yo pregunto:
Que tanto conocen a la gente con la que conviven día a día? Sepan que la mayoría de los “raros” lucen como cualquier oficinista o secretaria. Puede ser esa señorita simpática que atiende en la ventanilla del banco, el asistente flacucho al que humillaron en aquel hotel la otra noche. Esa gente tal vez comparte su libro con uds en clase de alemán, o podría ser a quien uds le han cagado la última taza limpia para hacerse un café en la oficina…
Asi que tengan cuidado, tengan mucho cuidado, y rueguen que si esta gente tiene un mal día, lo canalice sacando fotos en un cementerio o escribiendo en un blog en vez de descargarse con uds. Por gente como nosotros hay mucha, tenemos “un mal día” casi todos los días y estamos en todas partes JAJAJAJAJAJA!!! MMMUUUAJAJAJAJAJA!!!!

“Llámame Legión, porque somos muchos” William P. Blatty
(inspirado en Marcos 5:9)