Organización de eventos


Hace años, más de quince, que trabajo en la organización de eventos relativos a la música, no voy a pecar de modesta y diré que nada puede sorprenderme porque no es verdad.

Hace pocos meses volví a realizar este tipo de trabajos y me sumé al staff de una banda de amigos, en realidad soy amiga de solo uno de ellos, pero las vueltas de la vida hicieron que tuviera (y tenga) buen trato con todos los demás integrantes.

NO DIRÉ EL NOMBRE DE LA BANDA NI EL GÉNERO EN EL CUAL SE ESPECIALIZAN PORQUE ESO FORMA PARTE DE MI VIDA PRIVADA Y ESTE NO ES UN BLOG EN DONDE PUBLICITE A LA BANDA NI HAGA NADA RELATIVO A MI TRABAJO CON ELLOS, ¿SOY CLARA O ME VUELVO MÁS CABRONA?.

Mi integración al equipo de trabajo no fue muy agradable que digamos, la banda estaba con la moral baja y el horizonte estaba teñido de negros, negrísimos nubarrones. Mi llegada no encarnaba una salvación ni nada que se le pareciera pero estaba (y estoy) tan encariñada y obstinada con que la banda logre todos sus objetivos que no pude más que entregarme en cuerpo y alma.

Las dudas y las incomodidades no se hicieron esperar, y las reuniones en donde exponía mis pautas de trabajo eran verdaderos dolores de cabeza en donde dudaba sobre si era bueno o no trabajar con amigos. A veces el aire se podía cortar a cuchillo y los silencios hablaban por si solos. Más de una vez dude en seguir con ellos, pero mi lealtad hacia mi amigo era más fuerte. Finalmente nos decidimos, los dos, a hablarnos con casi crudeza y logramos entendernos sin hacer peligrar nuestra amistad. Fue así que nuestras reuniones de trabajo se transformaron en una charla de amigos, clásico café de por medio, que no solamente se cuentan todas sus cuítas (tristezas y alegrías de la vida diaria) sino que también llevan adelante un proyecto.

Las primeras diferencias surgieron a la hora de replantear las pautas de trabajo, que van desde la libre decisión sobre casi todos los aspectos que hacen a la banda hasta las decisiones tomadas en conjunto, sin olvidar aquellas que solamente debe tomar la banda porque marcarían un antes y un después en su carrera. Al comienzo mis mails de reportes, mensajes de texto y llamadas telefónicas eran simpáticas hasta que llegaron a transformarse en molestas pero a mi vez estaba segura que todo se solucionaría con una buena charla aclaratoria en donde se volvieran a reestructurar las diferentes modalidades de trabajo. ¡Dicho y hecho!, las asperezas se limaron y la paz reinaba de nuevo en el maravilloso reino de Nunca Jamás.

Supuestamente me iba a encargar de una área de la publicidad en particular, pero mis antenitas de vinil estaban tan alertas que los espacios en blanco referentes a determinadas áreas de la banda se aproximaban con la inminensia de un inmenso iceberg que debía ser sorteado de la manera más airosa posible, y sobre todo, sin que la banda se diera cuenta, después de todo ese era también parte de mi trabajo. Fue así que mis antiguas llamadas de reportes se transformaron en: "tengo ésta propuesta para solucionar tal tema que esta inconcluso. Avisame si estas de acuerdo". Mis amigos de fuera del ambiente comenzaron a llamarme "Srta. Eficiencia". Obviamente al principio era gracioso, pero después se transformó en una carga. Me sentía obligada a estar dos pasos adelante de la banda en un momento en el que el estres laboral (Happy Time S.A.) aumentaba a un ritmo vertiginoso y mi cuerpo comenzaba a sentir las consecuencias haciendo que finalmente mis defensas bajaran hasta enfermarme. El reposo obligado sumado al abundante tiempo libre, y cuando la fiebre y los vómitos me dejaban en paz, comencé a replantearme muchas cosas y a tomar todo con más calma; una nueva charla con mi amigo me obligó a retomar mi rutina con más serenidad. En honor a la verdad fue mi amigo el que me obligó a serenarme. Sin embargo mi no buscada estadía en cama hizo que mi ritmo de trabajo bajara a cero y me sentía 100% incapaz de retomarlo. Con el correr del tiempo y la paciencia de la banda estoy logrando reacomodarme e inmediatamente se ven los resultados.


Actualmente la banda ya esta armando una mini gira y ¡vamos por más!, jejejeje...

Aun sigo atravesando este molesto período de "remotar la rutina" dentro del cual me siento como un barco sin timón que navega al garete en un mar embravecido. Es por eso que para hacer las cosas un poco más interesantes el Destino decidió que yo debía formar parte de una productora independiente para un trabajo de estilo free-lance en el área de publicidad y acreditaciones de prensa (estoy convencida de que puedo ser en extremo multifacética).


DEMÁS ESTA DECIR QUE NO VOY A REVELAR EL NOMBRE DE LA PRODUCTORA NI LAS BANDAS CON LAS QUE TRABAJA.


Muchos de uds. supondran que llevo una vida de ensueño, que vivo de fiesta todo el día y toda la noche, que conozco a celebridades constatemente, que mi celular hierve de contactos interesantes y secretos, que si pierdo mi agenda quedarían expuestos a ojos indiscretos los teléfonos rojos de las celebridades con las que trato todos los días. ¡Nada más alejado de la realidad!. Trato con celebridades del under, hablo con los organizadores de eventos, fechas y una larga lista de etcs. más, trato con prensa, con fans y todo lo demás. A veces "saco cosas de la galera" (todo depende de las famosas necesidades operativas). Digamos que a modo de resumén, me encargo de que todo salga bien y que la banda luzca esplendida arriba del escenario, y sobre todo que el fan disfrute de un buen trabajo. Los fanarts y los mails, entre otros son el feed-back inmediato en donde medimos la respuesta de nuestro esfuerzo y corregimos nuestros errores. Son nuestras guías para seguir adelante en la misma dirección o cambiar el rumbo de ser necesario. Por fortuna no estoy sola, estoy rodeada de un buen equipo de trabajo; pero a veces una se siente con ganas de tirar la toalla. Por ejemplo, ahora con la productora estamos en medio de un show con otra banda y bueno, el estrés se está haciendo sentir pero seguimos estóicos en nuestros puestos pero con un secreto anhelo: que esto se acabe de una buena vez, ¡jajajajajaja!. En realidad estamos muy contentos con este nuevo proyecto. Pero la ansiedad hace que deseemos que se acabe rápido, sumados a los miedos de que algo salga mal, probablemente así suceda pero eso no va a desanimarnos, seguiremos adelante y una vez que acabe todo se evaluará la posibilidad de volver a repetir la experiencia con otra banda.


Bien, corro el riesgo de hablar de más y eso haría peligrar mi trabajo.


En otro momento les contaré más anécdotas sobre este mundillo que resulta tan atrayente para muchos y "normal" para los que estamos inmersos en él.


Ya les contaré los resultados de la mini gira y sobre la presentación de la banda de la productora.

¡Saludos!.

P.D.: Si uds. también sienten que el estrés está a punto de comerselos crudos, les dejo de regalo un Kit de Reducción de Estrés, por favor lean atentamente las instrucciones antes de usarlo.

El día que vivimos en peligro

NOTA ACLARATORIA:

NO
se trata de otra síntesis/desarrollo/análisis de la famosa película de Peter Weir, protagonizada por Mel Gibson, Sigourney Weaber y Linda Hunt.


Jueves 10 de Julio de 2008:

El dueño de la empresa amanece sintiéndose mal rodeado de un cuadro tan patético que ni su perra de raza Golden le daba bolilla.

Suena el téléfono, atiende mi jefa y recibe una catarata incontrolable de insultos y demás "aderezos" que hacen que la conversación se transforme en un monólogo unilateral, un golpe dado con energía del tubo del aparato sobre su base, con el correspondiente ruido a plástico y el llanto incontrolable de mi jefa, Antonia (uds. ya la conocen, ya se las he presentado).

Cuchicheos, lenguaje de señas que no tendría nada que envidiarle al que usan los beisbolistas profesionales. Corridas similares de las que suceden en el tras bambalinas de los teatros y una caja de Kleenex que se desliza debajo del brazo de Antonia. Enriqueta y Antonia huyen en tropel hacía el piso superior en donde la primera consolaría a la segunda.



Los rumores de despidos se hacen cada vez más fuertes y resuenan en los sacrosantos umbrales de ésta empresa. El Zar ya ha dado su ucase: "dos empleados serán despedidos". ¿Las razones? bueno, "son un grupo de ineptos que no sirven para nada porque no usan tácticas agresivas de ventas". (Todavía recuerdo la última vez que un vendedor trato de obligarme a comprar algo... jejeje, no diré que todavía está levantando los dientes del piso pero si podemos decir que no me vuelvo particularmente predispuesta a comprar y que sí puedo hacerte pasar un muy mal rato y hacerte sentir una rata mojada lo voy a hacer).


A las horas nuestro amo y señor (el dueño) nos ilumina con su presencia y con la mejor mala cara espeta un "buenos días". Nadie lo saludo, bueno en realidad no recuerdo bien que paso si lo saludamos o no... lo más probable es que todos estuvieramos pensando en lo bárbaro que estaría que nos pagara y que , curiosamente, cada vez que hay que pagar los sueldos junto con los aguinaldos. Siempre da las mismas excusas "Si pago el alquiler del local no pago los sueldos", "no hay ventas, éste local da pérdidas", "¡están faltando mucho!" (¡por supuesto que faltamos!, ¡si estamos todos enfermos!). Luego de tres intermitentes semanas de una de esas gripes que estan tan de moda que incluyen vómitos, fiebre alta, nauseas, mareos y tos, me decidí a faltar tres días que se convertirían en cinco por el fin de semana que incluía. El miedo a perder el trabajo se hacía presente con fuerza pero la idea de reponerme de una buena vez era demasiado fuerte como para vencerla. El faltazo me vino genial y me repuse por completo, aun sigo con una molesta tos. Los llamados de amigos que trataban de mimarme a través del teléfono se sintieron fantásticos, si si, Citizen X también ayudo a mi recuperación escuchando mis monólogos telefónicos con mi voz sumamente apagada, disfónica y con la nariz tapada de enferma.

Finalmente nos reintegramos a nuestras tareas casi todos al mismo tiempo, digamos que parecía que una pequeño malón invadía Happy Times S.A.

Por el momento Jean Luc, el dueño, no ha despedido a nadie; pero parece que ya tiene a sus dos víctimas en mente.

Desde la fecha de este post que seguimos en la misma situación: no cobramos los auinaldos y el sueldo lo estamos cobrando en cuotas de a $200.- (doscientos pesos argentinos) y solo si el dueño decide no llevarse nada para salvar su propio bolsillo ya que además tiene deudas de juego.

Bien, ya ven que Happy Times S.A. hace honor a su nombre.

Honestamente, termino este post porque se lo debo a mi amigo Citizen X, de lo contrario no lo haría a pesar de que uds., queridos lectores, quieren saber sobre las inmundicias de nuestras vidas.

Anyway... creo que ha llegado el momento en el cual uds. me constestarían "¡SHOUGANAI!"

Sayonara matta ne!!!











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