La Anécdota del Gato

Dije que lo iba a contar, y como me debo a mi público (?), pues aquí les dejo este relato desgarrador:

Fue en semana santa. 
Ese jueves, luego de trabajar e ir a almorzar con mis compañeros, llego a mi casa y mientras saludo a mis gatos (¿Acaso uds no saludan a su familia cuando se van o vuelven de sus casas?) le noto a uno de ellos algo “mojadito” en el cuello. Lo agarro para revisarlo y me doy cuenta que tiene todo hinchado y le esta saliendo una PUS verdosita que apesta como trasero de demonio.

Hace unos años me pasó algo similar con otro gato, se le había infectado una “herida de guerra” luego de una noche de sexo salvaje, peleas callejeras y rock&roll, o al menos eso fué lo que me dijo cuando reapareció. 
Pero en este caso, no se como se pudo lastimar en primer lugar ya que Bonnie es “gato de interior”, tal vez se rasguñó el mismo al rascarse, que se yo… pero me resulta más raro no haber notado nada hasta que le “explotó”. Pero bueno, el punto es que busqué algodón y agua oxigenada, y me dispuse a limpiarlo; tuve que juntar coraje por que el olor era nauseabundo y el pobre bicho se quejaba mientras le apretujaba para sacarle toda la porquería. A la noche, volví a repetir la rutina porque le seguía supurando.

A la mañana siguiente (viernes santo), lo reviso y la hinchazón me pareció mas grande, así que mientras ponía la cafetera me dispuse a limpiarlo nuevamente, pensé: "Mejor hacerlo ANTES de desayunar". Menos mal.

Lo acorralo al pobre gato en un rincón, con una mano lo sostengo y con la otra le paso el algodón húmedo para ablandar la crostita que se le había formado, como no le salía y el gato se ponía cada vez más inquieto, decidí apurar el trámite y apretarle de nuevo para que salga toda la pus. 
La diferencia con el día anterior fue que ahora la crostita le hizo de tapón y cuando le apreté “el bulto”... bueno, ESO, pasó ESO, el chorro de porquería me saltó en la ropa, el pelo y la cara, si ¡¡EN LA CARA!!. Casi me mueeero del asco. Salí corriendo hacia el baño frunciendo todos los agujeros de la cara y metí la cabeza debajo de la canilla. 

Y seguía sintiendo el olor… 

Abro apenas un ojo y me veo salpicaduras sospechosas en la remera, yo estaba al borde del vómito, así que me metí en la ducha vestido como estaba, agarré la botella de alcohol y literalmente me lavé la cara y el pelo con alcohol puro. 

Y seguía sintiendo el maldito olor… 

Ahí estaba yo, gritando mentalmente ¡Que Asco! porque todavía no me atrevía a abrir ningún agujero de la cara.

Finalmente me terminé de duchar y salí del baño repitiendo el cántico Que asco… Que asco… Que asco…, y fui en busca del gato que había dejado abandonado.
El tipo estaba lo más pancho chusmeando por la ventana, con la pudrición chorreándole por el cuellito. Cuando vió que me acercaba me miró con cara de “¿Qué hace este boludo en calzones gritando ¡Que Asco!”

Citizen: Bonnie, un ASCO lo tuyo ¿Entendes? AAAASCO
Bonnie…es un “poquito” de pus loco, nunca viste pus?
Citizen: ¡QUE - ASCO!

No podía quedarme de brazos cruzados, pero como era feriado y la veterinaria estaba cerrada, llame a la doc por teléfono (si, tengo su número de celular, pero esa historia es para otro post) y me dijo que repita “la rutina del gato” durante el fin de semana y si para el lunes no mejora que se lo lleve.

El lunes le mando un sms a mi madre, pidiéndole que revise al gato y corrobore como esta, al rato me responde: Sigue igual. Así que después del trabajo no fui a la facultad, pasé por mi casa, busque al gato y lo lleve para que lo vea la veterinaria. Lo limpió con no se que cosa, le roció encima otra cosa mas, y le metió una pichicata, dos días después el gato ya estaba como nuevo.

El problema ahora es explicarle al gato que ya no esta convaleciente, que no necesita reposo, ni que le den de comer en la cama.
Bueno… ehm… por favor que alguien venga y le explique, porque a mi no me da pelota!

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