“…ajustando el bolsillo hasta el punto de ahorque, ya que TENGO que pisar suelo germano antes de Marzo de 2011”
Ok, respiro hondo… exhalo despacio…
Pasaporte ........check!
Pasaje..............check!
Seguro.............check!
Dinero..............check!
Cámara ...........check!
Telefono ..........check!
Calzones..........check!
Botas..............check!
Abrigo.............check!
Ansiedad..........check!
Pánico.............check!
Mientras algunos se disponían a festejar el carnaval entre comparsas y caipirinhas, y otros iban a la playa para conseguir una última dosis de cáncer de piel bajo el sol abrasador, y otros menos afortunados sufrían el calor enloquecedor en la ciudad…pues, yo estaba atado a un asiento de avión rumbo Alemania.
Si algo no podía faltar en este viaje es el espíritu de las Leyes de Murphy (mi biblia): «Si algo puede salir mal, saldrá mal.»
Las últimas semanas antes de irme fueron terribles… estaba re loco por rendir una materia que me quedaba pendiente, mi jefe insistía en que solo podía tomarme 2 semanas en vez de 3, y que el NUNCA había accedido a eso (si hubiera prestado atención a las fechas que informe 3 meses atrás, sabría que SI eran 3 semanas), además tenia mil tramites que hacer, idas y vueltas al banco, idas y vueltas por el pase de tren, idas y vueltas al odontólogo, salir de la oficina y ya no saber como justificar el porque, etc, etc, etc……
Así que, en medio de mi locura decidí no contarle a NADIE que me iba de viaje, apenas lo sabían mis viejos, mi hermano y un amigo que me ayudo en la búsqueda de hostels, ya que el había viajado a Europa una año atrás.
Otro detalle singular (muy típico en mi) es que la valija la armé 1día antes irme, ¿Por qué? Pues porque antes de eso ni siquiera tenia la valija. De todos modos, arme una lista donde iba anotando lo que pensaba llevar a medida que me iba acordando: Dentífrico/cepillo, shampu/jabón, toalla, pulóver, polera, remera, ropa interior, medias….etc
Entonces, yo sabía más o menos que llevar, pero en lo referente a la ropa ya estaba de nuevo problemas… o sea, recién empezaba Marzo >> en Buenos Aires hacía mucho calor >> la ropa de invierno esta empaquetada >> si desempaqueto las cosas con mucha anticipación no tengo donde meterlas porque aún no compré la valija, y si dejo todo por ahí mis gatos se hacen el festín!
A todo esto, mi madre era una bola de cañón atada a mi pierna.
Si al menos solo revoloteara a mí alrededor haciendo algo productivo, pero no, lo que tocaba… lo cagaba. Y encima se la pasaba parloteando y criticando mi “falta de organización”.
Cuando llego el momento de meter todo adentro de la valija y de la mochila, me di cuenta a simple vista que iba a tener que dejar la mitad de las cosas, y para colmo de males, mi madre metía ropa o artículos que yo iba descartando.
“Pero los jogging los TENES que llevar, son lo mas abrigado”
Pero yo me conozco, ropa deportiva solo uso cuando estoy “dentrecasa”, por lo general uso pantalones de vestir y jeans, así que era al pedo que lleve eso.
Abro la mochila y me encuentro un envase de 500ml de alcohol en gel, no solo no pensaba llevarlo sino que aunque quisiera, en cabina solo aceptan hasta 100ml. Ya me imaginaba pasando por el control y que me paren por contrabando de alcohol en gel. Dos veces lo saque de la mochila y tres veces saque el paquete familiar de pañuelos descartables.
Para mantener a mi madre ocupada le asigne la preparación de un pequeño botiquín. Al rato se me aparece con una caja de zapatos llena de cosas, algunas útiles, otras no tanto. Así que agarro una bolza ziploc de tamaño chico y se la doy: “Mete acá lo más importante, si la bolsa no cierra es porque pusiste cosas de más”, ella se va rezongando. Vuelve al rato con la bolsa ziploc (cerrada) y aparte una bolsa completa de algodón, le recibo ambos porque ya estoy harto, prefiero “editar” el botiquín yo mismo cuando mi vieja se haya olvidado.
Así viví las últimas horas de la cuenta regresiva, de día poniendo y sacando cosas de los bolsos y peleándome con mi madre, y durante la noche mirando películas aburridas porque la ansiedad no me dejaba dormir.
Cuando mi viejo me vino a buscar para llevarme al aeropuerto, yo todavía estaba dando vueltas como gallina sin cabeza, es más, terminé de vestirme en el auto.
No comments:
Post a Comment